Géminis es el tercer signo del zodíaco. Los nativos de este signo son versátiles, cambiantes, mutan todo el tiempo. Todo les aburre, todo lo evalúan, todo pasa por la mente racional y el análisis al detalle. La observación es muy importante para ellos, que ven el mundo desde el aire. La versatilidad es la palabra clave ideal para este signo dual. Expresivo y en extremo inteligente, Géminis presenta dos aspectos distintivos de su personalidad, y uno nunca puede estar seguro con cual se va a encontrar cara a cara. Por un lado, puede ser extrovertido, comunicativo y divertido; por otro puede mostrar un lado frío que difícilmente pueda ser entendido por un signo de tierra o agua.
Símbolo del zodiaco
La dualidad, que conlleva la idea de los opuestos. Su símbolo representa las dos columnas del templo, de un lado la dimensión diurna y por otro, la nocturna. Femenino- masculino, cielo y tierra, día y noche, bien y mal, etc. Géminis se relaciona con la dualidad y a la vez, la posibilidad de combinar y recombinar los polos. Géminis percibe el vínculo entre polos que parecen en principio separados. El universo es información y ellos son los encargados de descifrarla, como en un enigma. La energía de Géminis no es la de estabilizar sino la de moverse: esto aplica a personas, lugares, actividades. Se aburren fácilmente y de allí el cambio. Cuando se aburrieron, descartan. No se apegan, como sí hacía Tauro. Será luego en Cáncer, energía siguiente, que algo se vuelve a estabilizar, ya tomando una forma más parecida al hogar.
Planeta regente
El planeta Mercurio es el regente de Géminis. Este planeta representa la función psíquica de la mente, cómo pienso y cómo aprendo. En la mitología, Mercurio es el mensajero de los dioses, el dios de los caminos. Es un dios versátil. La energía de Géminis está asociada con cierta frescura, con el humor, con las travesuras, las picardías, las bromas: las vueltas de rosca. Géminis lo piensa todo dos veces. No actúa nunca por impulso. Es pensante y frío, aunque tiene algo de niño. La energía de Géminis funciona como un puente. Por eso, las personalidades geminianas tienen facilidad para combinar información aparentemente opuesta entre sí y para tener vínculos con personas muy distintas entre sí. El desafío para ellos es conectarse desde la profundidad de las emociones, no tanto desde la profundidad de la mente, que es lo que mejor manejan.
Elemento
Géminis es un signo de Aire y se relaciona con el plano mental y abstracto. Observemos cómo funciona la mente, donde los pensamientos se encadenan unos con otros y se asocian libremente. Esta energía es más de la dispersión que de la focalización. Géminis se siente cómodo entre palabras, textos, discursos, libros, argumentaciones. Es volátil, brillante y aéreo. Tiene una particular energía de niño. Puede ser muy superficial en esto. No se toma nada demasiado en serio, es difícil poder tener con ellos una conversación seria. En el nivel de la personalidad, Géminis tiene capacidad para hacer varias cosas a la vez, ya que es multifocal. Es curioso, inquieto, versátil y bromista. Puede dejar las cosas sin hacer, por la mitad, ya que no es un signo perseverante si pierde el entusiasmo por algo. Tiene un gran sentido de la oportunidad. Vive como si todo fuera un juego. Tiene la capacidad de improvisación y adaptación. Ve las cosas de distintas maneras, entonces duda todo el tiempo, de ahí su indecisión tan característica. Contempla perspectivas distintas, quiere vivir varias vidas a la vez. De esta manera, promueve la creatividad y la búsqueda constante. Tiene mucha imaginación. Puede ponerse demasiado racional, muy manipulador de la mente. Es que las emociones son algo demasiado complejo para Géminis. La mente lo es todo. Géminis es relación ante todo, vínculos, palabra. Toda su personalidad se condensa en la comunicación y en su mente racional.