Muchas veces nos preguntamos qué tipo de características poseen las personas que nos atraen y que terminan siendo nuestras parejas. Al parecer existen diversos motivos por los cuales nos enamoramos y concebimos un vínculo con alguien.

Estudios recientes demuestran que la genética parecer tener un rol importante sobre las preferencias o gustos que tenemos para conectar con una persona. Ciertas características de nuestros ancestros de sangre pueden atraer a las personas indicadas a nuestras vidas.

Muchas veces deseamos poder resolver o comprender por qué no podemos afianzar un vínculo. Al avanzar en edad el aspecto sentimental de nuestra vida se complejiza a la hora de formalizar una relación.

Estos consejos te ayudarán a decidir mejor en tu próxima oportunidad de enamorarte.

1. Que fluya la comunicación.

Problemas de comunicación y manifestación de los sentimientos suelen ser el mayor problema que conducen a las rupturas de pareja. Ciertos trastornos neurológicos como la alexitimia, condincionarían la fluidez comunicacional a la hora de entablar un vínculo con una persona.

2. Estar disponibles

Ciertas parejas que se encuentran casadas podría presentar ciertos problemas de stress o de presión, aumento del ritmo cardíaco o una lenta reacción inmunológica a ciertas afecciones. Los trastornos que se desatan en nuestro cuerpo pueden ser producto de una mala elección de pareja. Siempre debemos priorizar alguien que este “a la par” ayudando y colaborando por el bienestar mutuo.

3. Compatibilidad de personas.

Es inútil decidir pasar el tiempo con una persona que sea similar a tí. La clave radica en poder compartir con una persona que sea compatible desde el punto de vista de la personalidad, que se compartan encuentros y erradicar discusiones y malos entendidos.

4. Respetar las bases.

La existencia de límites permitirá el desarrollo natural de las parejas. El respeto por los valores y decisiones que se puedan tomar, desde el plano individual así como también desde el punto de vista del vínculo, ayudará a construir la base de confianza necesaria para evolucionar y crecer como personas. La moral, el bien y el mal, todo debe ser planteado y hablado para despejar dudas e incertidumbres que a la larga resquebrajan la relación.

5. Estabilidad emocional.

Existen muchas personas que poseen claros déficits emocionales y desequilibrios individuales que contagian y hasta condicionan a la persona que decide acompañarlos en una relación. Es clave poder contar con una dósis de buena predisposición, voluntad y humor para poder encarar el día a día y afrontar la cotidianeidad de ambas personas.

6. “Lo superficial” vs “lo saludable”.

Podemos comprender que ciertos aspectos físicos pueden atraer la atención o nuestras miradas de modo prematuro ante una persona que conocemos. Luego de un tiempo, estos primeros vestigios y signos de atracción desaparecen, pero no debemos olvidar que el cuerpo es “el envase” que nos contiene y por eso debemos priorizar un estilo de vida sano, con una nutrición adecuada que nos permita desarrollarnos de un modo equilibrado.

Si ambas partes comparten estos hábitos de conducta alineados con el cuidado y la ingesta saludable de nutrientes, potenciados con el ejercicio físico, dará como resultados a largo plazo una fortaleza única a cada integrante, así como también la posibilidad de compartir más años juntos de su dulce vida.

No estamos programados, si estamos repitiendo patrones de decisión y nos percatamos que nuestras parejas tienen alguna característica que se viene repitiendo es momento de romper con ese paradigma y desarrollarnos para pegar ese salto de valor que nos catapulte hacia una pareja estable, que nutra nuestro corazón y nuestra emoción.

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