Aunque te suene extraño, disfrutar una vacaciones relajantes está a nuestro alcance, sin necesidad de grandes presupuestos de gastos, ni viajes a islas paradisíacas, generalmente inaccesibles. Claro que esta idea requiere ser planificada, debemos pensar estrategias para lograrla, y ser sumamente creativos en esta etapa.
No pretender hacer lo mismo de siempre, o lo que toda la gente entiende como vacaciones ideales, porque en realidad todos somos diferentes, y tenemos distintas necesidades y requerimientos a la hora de descansar. Cambiar nuestros días de estrés por tiempo de relax, nos exige en primer lugar, conocernos.
CONOCER NUESTROS DESEOS
Si deseamos descansar, disfrutar y relajarnos, hay una primera premisa que es ineludible. Nadie puede hacer los planes por nosotros. Nadie nos puede sugerir lo que precisamos, nadie puede evaluar nuestras necesidades más o mejor que nosotros mismos. No aceptes indicaciones en este punto, ni planes pre-armados para tus vacaciones.
Nada supera a lo que tú planifiques. Ten confianza, porque nadie te conoce tanto, y si necesitas ideas, la web está llena de ellas para elegir y pensar en cada una, sintiendo si se acomoda o no a este momento de tu vida.
ANALIZAR NUESTRAS POSIBILIDADES POSITIVAMENTE
No te dejes decepcionar por los límites que surjan para cumplir tus sueños, y mucho menos si estas trabas son económicas. Si no accedes a la playa en un entorno asiático de película, seguramente tendrás a mano alguna piscina o lugar natural que no sea tan oneroso, y donde lo pasaras igualmente bien. La vida de las películas es para las películas solamente.
Analiza tus opciones reales a la luz de una mirada positiva, sintiéndote una persona privilegiada tan solo por el hecho de poder estar haciendo planes. Y por supuesto, aquí entra toda tu capacidad creativa para imaginar lo que deseas. Sobre todo aquellas actividades fuera de lo habitual, todo aquello que te atrae y para lo que no has tenido tiempo durante el año. Escuchar música, hacer caminatas, practicar intensivamente un deporte, pintar acuarelas, observar aves, conectar con la naturaleza, asistir a un festival de películas, ¡todo es posible!
PONERNOS EN MARCHA
Una vez definido tu plan, y estructurado tu deseo, no te detengas. Muchas veces estos sueños quedan solo como sueños, porque nos paralizamos en el momento de pasar a la acción. Solo piensa que te lo mereces, que lo necesitas y que puedes lograrlo. Que la incertidumbre no te detenga, enfrenta los riesgos. Quizás algo no salga como lo pensaste, pero muchas otras cosas si, ¡quédate siempre con los momentos felices!
Y POR ÚLTIMO, QUEDARNOS QUIETOS
...Y disfrutar. Este es el instante en que debes alejar la ansiedad que te acompañó todo el año. Andar a las corridas, apurado y con sensación de urgencia en lo que haces, es lo opuesto a disfrutar las vacaciones.
Este es el momento de aprender a quedarte quieto, vaciar tu mente de preocupaciones, disfrutar la música, el paisaje, la compañía o simplemente, una buena siesta o una buena comida. Y trasladar luego este aprendizaje al resto del año, para aprender a robarle a la vorágine del año, espacios privados y exclusivos de placer a tu medida.
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